Entre el río y la música
En la quietud de Villa Mahuiza, donde el silencio se mezcla con la lluvia valdiviana, el compositor Jorge “Coke” Vío afina su memoria para contarnos cómo la música lo convirtió en parte del universo mismo. Entre jazz, documentales y una sensibilidad nacida de la fragilidad, esta entrevista recorre la esencia de un creador que respira melodías.
La tarde cae lenta sobre Valdivia. En una casa donde siempre suena algo — un teclado, un
soplido suave, un acorde que todavía busca su forma— me recibe Jorge “Coke” Vío, compositor
valdiviano, jazzista por instinto y creador de bandas sonoras que atraviesan el paisaje
emocional del sur. Su trayectoria está marcada por una música que no busca escenario: lo
encuentra a él, lo sigue, lo abraza.
Su conexión con el Universo
Desde niño, cuando el asma le impedía correr con los demás, la música se transformó en un refugio que exigía más sensibilidad que aire. “Antes de hablar, ya me gustaba la música”, dice. Así comenzamos esta conversación, donde cada respuesta parece tener la cadencia de un tema lento, un estándar íntimo compuesto bajo la lluvia.El significado de la música
Coke no duda, ni reordena palabras. Solo respira y afirma: “Para mí, la música es la conexión con el Universo.” No lo dice como una metáfora; lo dice como quien recuerda algo que siempre supo. Para él, la música fue la primera forma de comunicarse con el mundo, casi un lenguaje previo al lenguaje. En su infancia, se convirtió en ese espacio donde sí podía jugar, crear, correr. “Me gustaba la música antes de empezar a hablar”, recuerda con una sonrisa que parece traer un eco de niño.
Rescatando bases rítmicas del folclore
Una parte significativa de las obras de Coke se fundamenta en un elemento propio del folclore:
el ritmo. El compositor rescata específicamente la base rítmica de formas como la tonada o la
cueca, para luego construir sobre ella su propio universo armónico y melódico.
Estudió Tecnología del Sonido en la Universidad Austral con un propósito
fundamental: dominar el arte de la grabación musical.
Le gusta decir que la música en un documental “respira con la imagen”. No compite, no invade: acompaña. Traducir la atmósfera de la naturaleza, la humedad, la memoria y los silencios en sonidos es uno de sus desafíos favoritos. Cuenta que el sur tiene un ritmo propio, y que componer desde Valdivia es componer escuchando el paisaje.
👉 En Jorge “Coke” Vío, cada acorde parece alinearse con algo más grande y más antiguo que él. Tal vez por eso su música no se escucha: se siente. Tal vez por eso, mientras toca sus modernos sintetizadores, la música parece seguirnos como una corriente invisible que nace en Valdivia y viaja hacia donde haya oídos dispuestos a escucharla.