Esculturas diminutas
En un taller rodeado de bosque en el sur de Chile, la escultora y talladora Yasna Oyarzún convierte pequeños fragmentos de madera en detalladas figuras que reflejan su herencia familiar y su estrecha conexión con la naturaleza. A través de esculturas diminutas —especialmente aves que simbolizan libertad—, la artesana rescata la sensibilidad del oficio manual y revela cómo, incluso en lo pequeño, pueden habitar mundos completos.
Relación con la madera
Su relación con la madera proviene de una historia familiar marcada por el trabajo artesanal: su padre fue constructor de embarcaciones, oficio que la acompañó desde la infancia y que influyó de manera decisiva en su acercamiento al material.
Rodeada de bosque
Instalada en su casa taller rodeado de bosque, Oyarzún desarrolla un proceso creativo que combina observación, paciencia y una conexión directa con la naturaleza. Allí, la artesana trabaja con pequeños trozos de tronco que transforma en figuras detalladas, muchas de ellas inspiradas en elementos del entorno natural. Destaca su capacidad para identificar en la madera formas latentes que, según explica, surgen a medida que avanza la talla.
Aves, libertad y movimiento
Uno de los elementos más recurrentes en su obra son las aves, figuras que la artesana elige por su significado simbólico ligado a la libertad y al movimiento. A través de ellas, Oyarzún busca transmitir la idea de ligereza y vuelo, conceptos que se contraponen al trabajo manual pesado tradicionalmente asociado a la madera.
En su taller conocimos las distintas etapas de su trabajo: desde la selección de
piezas de madera hasta el proceso minucioso de esculpir detalles en escala reducida.
También
evidencia la importancia del entorno en su práctica: el silencio del bosque, la textura de los
troncos y la memoria del oficio familiar funcionan como elementos centrales en su creación.
👉 Su obra, elaborada desde un territorio rural del sur chileno, refleja una tradición que combina herencia artesanal, identidad local y una mirada personal hacia la naturaleza. A través de sus esculturas, la artista aporta una perspectiva que rescata la sensibilidad del trabajo manual y revela cómo, en piezas de pocos centímetros, pueden concentrarse historias, recuerdos y mundos completos.