Opinión

La pantalla donde hablan los barrios

Xilografía tradicional
Por www.tvtotal.cl 23 de Octubre, 2025 5 min de lectura

Mientras los grandes canales compiten por el rating y los auspiciadores, en los barrios y regiones de Chile persisten otras pantallas. Pequeñas, muchas veces improvisadas, pero con un propósito claro: dar voz a las comunidades que la televisión tradicional ignora.

Los canales comunitarios surgieron como respuesta a la concentración mediática y a la falta de representación territorial. Son espacios donde la información no baja desde Santiago, sino que nace desde los barrios, juntas de vecinos, colectivos culturales y radios locales.
Su objetivo no es competir con los medios nacionales, sino democratizar la comunicación y mostrar el Chile cotidiano, ese que rara vez aparece en la televisión abierta.

Una lucha por existir y sostenerse

A pesar de su relevancia social, la televisión comunitaria en Chile sobrevive con dificultad. La Ley de Televisión Digital (2014) reconoció oficialmente su existencia, pero no garantizó un financiamiento estable.
Hoy, la mayoría de estos canales se mantiene gracias a fondos concursables públicos, como el Fondo de Medios o el Fondo CNTV, que permiten producir contenidos culturales, educativos o locales. Sin embargo, los equipos de grabación son caros, los recursos son escasos y la producción limitada.

"Es la televisión local, esa que trabaja sin reflector, pero que tiene algo que a la televisión abierta le falta hace rato: autenticidad."

Frente a eso, la autogestión es la regla: campañas locales, trueques de servicios, talleres audiovisuales, alianzas con municipios o universidades. Cada programa o documental comunitario es el resultado de la colaboración y el esfuerzo colectivo, más que del dinero.

Proceso de xilografía
Donde hay identidad, hay creación. Donde hay memoria, hay futuro.

El valor de contar lo propio

Más allá de las limitaciones económicas, los canales comunitarios cumplen un rol irremplazable. Son archivos vivos de la identidad local, un espacio donde los vecinos se reconocen, participan y se ven reflejados.
En sus parrillas se mezclan noticias barriales, entrevistas, coberturas culturales, ferias, festivales y debates ciudadanos. Lo que allí ocurre no busca viralizarse, sino pertenecer.

En tiempos donde la comunicación se mide en clics y tendencias, los canales comunitarios apuestan por algo más profundo: la construcción de comunidad y memoria colectiva.

Una televisión que todavía importa

A pesar de la precariedad, los canales comunitarios siguen siendo esenciales para la diversidad cultural y democrática del país.
Su existencia recuerda que comunicar también es un derecho, no un privilegio de quienes pueden pagar por emitir.

Y aunque los grandes medios sigan mirando hacia las audiencias masivas, en cada barrio de Chile hay una cámara encendida mostrando que otro tipo de televisión —más cercana, más humana y más nuestra— todavía es posible.

Mientras la televisión tradicional sigue buscando rating; la televisión comunal, en cambio, busca sentido. Y por eso los nuevos medios —los que nacen desde regiones, desde lo pequeño, desde lo honesto— son hoy la verdadera voz del país.

Puede que no tengan grandes auspiciadores ni cámaras 4K, pero tienen algo que no se compra: la conexión con la vida real.

Así que mientras la tele abierta muestra lo de siempre, Chile sigue creando lo que viene. Y está claro: el próximo gran relato chileno no saldrá del prime time, sino del barrio.

Autor
Equipo Editorial

Nuestro equipo de redacción explora temas culturales y artísticos con una perspectiva contemporánea, buscando conectar el patrimonio cultural con las expresiones actuales.